Sabalenka, emocionada: «Es el mejor partido de mi vida»
Aryna Sabalenka es la campeona del Abierto de Australia 2023, su primer trofeo de Grand Slam, tras vencer a Elena Rybakina en la final. La bielorrusa se impuso a la kazaja en una batalla de más de dos horas en la que debió remontar un set abajo, pero siempre se mostró entera, en dominio de sus emociones y con más coraje para ir por el partido. Con 17 aces y 51 tiros ganadores, Sabalenka arrasó con su rival y así conquistó el trofeo más importante de su carrera. Y tras la final, compartió sus emociones en conferencia de prensa.
«Creo que realmente es el mejor partido de mi vida, diría que lo fue», sentenció Sabalenka, que en la ceremonia de premiación agradeció principalmente a su equipo, pero también destacó el trabajo de Rybakina. «Ella jugó un tenis increíble. Luché muy duro para ganar este. Creo que el tenis fue genial. Estoy muy feliz de que no haya sido un partido fácil. Realmente disfruté esta batalla».
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«Fue un buen comienzo para mí. Pensé, bueno, va a ser divertido después de la doble falta», arrancó Sabalenka, bromeando sobre el primer punto del partido, en el que cometió una doble falta. Acto siguiente, marcó un ace. La tónica era clara: el partido pasaba por sus manos y debía tomarlo. «Me decía a mí misma: nadie te dice que va a ser fácil, solo tienes que trabajar para lograrlo, trabajar para lograrlo hasta el último punto».
Después de perder el primer set, Sabalenka se recuperó y dominó los dos siguientes, aunque le costó mucho cerrar el triunfo, necesitando de cuatro match points. «El último juego, sí, por supuesto que estaba un poco nerviosa. Estoy feliz de haber podido manejar todas esas emociones», dijo la bielorrusa. «Empiezo a entender que en realidad estoy aquí porque trabajo muy duro y soy buena jugadora. Cada vez que tuve un momento difícil en la pista, solo me recordaba a mí misma que soy lo suficientemente buena para manejar todo esto».
Sabalenka siempre se cuestionó su falta de resultados y lo dejó en claro con una anécdota genial. «Siempre tuve la extraña sensación de que cuando la gente se acercaba a mí y me pedía una firma, les decía: ¿Por qué pides una firma? No soy nadie. No tengo un Grand Slam y todo eso'», recordó la bielorrusa, que ahora puede decir con orgullo que es campeona de Grand Slam. «Acabo de cambiar cómo me siento. Empiezo a respetarme más a mí misma».