Las 24 horas de furia de Novak Djokovic en Turín: «No lo vimos en todo el día»
Novak Djokovic terminó el domingo celebrando el título del ATP Finals 2023, pero el miércoles y el jueves bien pudo haberse despedido del torneo. La derrota inesperada del número 1 del mundo ante Jannik Sinner el martes dejó a Novak con chances de eliminación, necesitando derrotar a Hubert Hurkacz y que el italiano superara a Holger Rune el jueves. El miércoles, tras la caída ante Sinner, sorprendió que Novak no se entrenara en Turín. Y ahora, su equipo de trabajo, reconoció que ni ellos saben dónde estuvo Nole en esas horas.
«No es fácil lidiar con él cuando pierde», dijo Goran Ivanisevic, entrenador de Djokovic, luego de la consagración del serbio. El croata reveló que tras la caída del martes, «el miércoles no lo vimos en todo el día y no supimos qué estaba pasando hasta el jueves». Parece que Djokovic necesitaba liberarse tras la derrota y decidió alejarse de las pistas un día y también de su equipo, con el que retomó las acciones el jueves antes de enfrentar a Hurkacz. Pero hasta Ivanisevic llegó a dudar de la presencia de Nole en el partido. «Estábamos en el vestuario y no sabíamos si nos tendríamos que ir a casa o si si teníamos que ir a hacer el calentamiento. Estábamos sentados, esperando, y finalmente descubrimos que sí iba a jugar», dijo Goran.
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Ivanisevic ha explorado como pocos ese vínculo de amor-odio de Djokovic con su equipo y con las derrotas. «Como todo ser humano, tiene sus peleas consigo mismo. Fuimos pacientes con él. De hecho, tenía a mi familia y fuimos de compras ese miércoles. ¿Quién soy para enfadarme con Novak? Es el mejor de la historia. Sólo me enfada cuando nos grita sin motivo», explica el ex tenista croata, que admite que Djokovic «no es nada fácil» de tratar. Pero eso también lo hace grande. «Es el número uno y siempre quiere más, mejorar todo el tiempo».
Después de la clasificación, gracias al triunfo de Sinner a Rune, Djokovic cambió y se vio en la forma en que arrolló a Carlos Alcaraz y el propio Sinner el fin de semana. «Cambió una vez estaba clasificado para semifinales. El sábado lo vi en sus ojos, cómo se acercaba al vestuario, cómo entrenó. En el primer punto con Alcaraz ya estaba levantando el puño. En su mirada se veía su cambio de mentalidad. Iba a por el torneo. Y cuando el Djokovic real está en pista, en ese momento no hay quien pueda jugar con él».