La insólita historia del tenista que ganó torneo ATP con una sola raqueta

Por Mariano Páez Prensa - 10 de marzo, 2020

Antes de la llegada de la tan aclamada «Legión Argentina», hubo una muy buena camada de tenistas que fueron abriendo el paso en el circuito ATP.

El más destacado de estos jugadores era, sin dudas, el zurdo Franco Squillari que fue 11 del mundo, semifinalista de Roland Garros y una auténica pesadilla sobre canchas lentas (Sino pregunten a Andre Agassi que piensa del porteño). Hoy director de desarrollo de la Asociación Argentina de Tenis y cuenta esta particular historia.

“Múnich, año 1999. Llegué al torneo con mi hermano Pier y mi PF Claudio Ferrer. Venía de varias primeras rondas, la semana anterior, en Estoril había perdido en primera ronda frente a Albert Costa 6-2 6-3, me liquidó rápido y quedé destrozado en mi confianza. Tomé la decisión de cambiar las raquetas y dejé las ocho que tenía en el cuarto de hotel, era un modelo que sentía que no debería haber comenzado nunca a utilizar».

Nunca me respondía la bola para donde quería enviarla. Mi equipo me dijo que estaba loco en dejar esa cantidad en la habitación del hotel pero yo les dije que no me traigan esas raquetas porque sino, volvería a usarlas y las cosas no iban a funcionar.

«Llamé a la empresa que me entregaba las raquetas y les advierto que si no me envían al menos una de cualquier otro modelo dejo de jugar con esa marca. Faltaban dos días para comenzar el ATP de Múnich. Se comunica el gerente  y me dijo que me envía un prototipo de raqueta con un bridge en el medio que cree que es la solución. Pero me envía solo una raqueta al hotel y ahí enloquezco. ¡¿Cómo podré jugar un torneo con una sola raqueta?!».

«Me dije a mi mismo que peor de lo que estaba era imposible, así que a jugar con lo que había. Entrené primer día. Termino, encordé segunda jornada, entrené a la tarde. Terminé y volví a encordar. Día del debut: Hice la entrada en calor y mandé a encordar. El partido arrancó con unos rallys tremendos de no menos de diez bolas pasadas por punto. Me dije “No termino este partido con una sola raqueta ni de milagro”. Gané después de varias semanas ¡y la raqueta aguantó».

«Inventé un sistema de anti vibrador casero hecho con cinta de vendaje fina para calmar la vibración de la raqueta. Terminé un nuevo match. La raqueta se salva de romper el encordado. Festejé y nuevamente a repetir la rutina ya que se venía otro partido».

«Llegué a la final del ATP de Múnich contra el rumano Andrei Pavel. Me volví a poner exigente en querer varias raquetas pero la marca no me enviaba nada ¿Cómo terminó la histora? Gané mi primer título ATP con una victoria contundente, con una sola raqueta en todo el torneo. ¡Increíble!»

Mariano Páez Prensa