La historia de Iga Swiatek: la «introvertida» que «nunca creía que iba a ganar un Grand Slam» y se transformó en N°1

Iga Swiatek es, a los 21 años, la tenista más dominante del mundo. Pero para llegar a la cima del planeta, debió atravesar un largo proceso. La polaca, ganadora de tres torneos de Grand Slam y máxima favorita a conquistar el Abierto de Australia en este inicio de 2023, compartió su historia personal en un artículo en primera persona para The Players Tribune. Allí, Iga cuenta su origen como «introvertida» y lo que debió trabajar para superar sus ansiedades sociales. La influencia de su padre, figura clave en su vida y su carrera deportiva. El impacto del retiro de Ash Barty, que le permitió ser número 1 del mundo. Y una confesión: «Nunca creí realmente que podría ganar un Grand Slam».

La introvertida Iga

Iga Swiatek nunca pensó que sería la número 1 del mundo en el tenis. No por su talento, sino por su origen y personalidad. «Especialmente si eres introvertida, como yo, de un lugar donde nadie esperaría que tuvieras éxito en el tenis. Bueno, al menos no me lo esperaba. Hasta ahora», escribe Swiatek en The Players Tribune. «Puedes imaginar que me quedaba despierto toda la noche cuando era niña soñando con ser una gran tenista, pero no. A decir verdad, en la noche, yo soñaba con sentirme un poco más natural en situaciones sociales».

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«Hubo un tiempo en mi vida en que era tan introvertida que hablar con la gente fue un verdadero desafío. Hasta que tuve 17 o 18 años, a veces era difícil mirar a la gente a los ojos. Odiaba lo difícil que era para mí. Se sentía realmente malo no poder hacer conexiones. La mente estaba en blanco y no sabía qué decir. Las pequeña charlas no era naturales para mí».

«Pero nunca creí realmente que en realidad iba a ser posible para ganar un Grand Slam o ser número uno del mundo, porque no soy de un país con una larga tradición en la práctica del tenis».

Su primer título de Grand Slam en Roland Garros

«Adrenalina pura: esa es la única manera que se me ocurre para explicar lo que fue», recuerda Iga sobre su sorpresiva consagración en Roland Garros 2020. «Nada podría haberme preparado para ello. Ganar mi primer Slam obviamente cambió todo para mí, de la noche a la mañana. Todavía hay muchos lugares del mundo donde seguro no voy a ser reconocida. Pero no en Polonia. De hecho, he tenido algunas situaciones donde la gente me reconocía por mi voz cuando estaba ordenando algo para comer».

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La influencia de su padre

«El me enseñó cómo ser un profesional, y tener disciplina y regularidad. Era algo que me dio para usar en el deporte y en la vida», escribe Swiatek sobre su padre, que también fue deportista profesional. «Cuando pienso en mi padre, recuerdo que no todo fue tan «suave» todo el tiempo. Creo que se esforzó mucho por protegerme de la realidad exterior. Solía ​​ser remero olímpico y creo que su objetivo principal desde el principio, cuando se dio cuenta por primera vez del talento de mi hermana y mío para los deportes, era hacernos mejores atletas que él. Básicamente dedicó toda su vida a ayudarnos a hacer eso. Él nunca lo dijo, pero yo podía verlo

El retiro de Ash Barty y cómo cambió su mentalidad de un año a otro

A comienzos de 2022, Ash Barty sorprendió al mundo del tenis al anunciar su retiro a los 25 años. La entonces número 1 del mundo se retiraba del ranking WTA, dejando su primer puesto a Swiatek. «No entendí al principio. Yo estaba como, ¿Qué? ¿¿Cómo es eso posible?? Y luego comencé a llorar», recuerda Iga, que no podía entender la decisión de la australiana. «Siempre tuve esta imagen en mi mente de que te retiras a los 32, y tu cuerpo ya no puede más. También sentí que Ash tiene el mejor tenis. Yo no saber si ella era infeliz o algo así. Pero luego vi el video en Instagram, y lo entendí. En este momento, lo entiendo aún más».

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«Hay estas ideas que tenemos en nosotros mismos como jugadores que vienen de nuestros padres y el tenis y los medios de comunicación y todo esto sobre cómo un atleta debe ser. Pero cuando vi a Ash, dije, Wow, puedes elegir para hacer esto de manera diferente. Mientras estás en este viaje, luchando por excelencia, a veces puedes decir: «Está bien, eso es suficiente». Estás en control, todo el camino. Nadie más conduce el coche».

«Y, a veces, la mejor solución es que no te importe una mierda, sinceramente. Siento maldecir, pero si hay algún secreto en mi éxito del último año, es darme esa libertad de que no me importe lo que piense la gente. Eso fue lo que me llevó a ganar otro Grand Slam y el tercero. Eso es lo que me llevó al número 1. Soltar. Cuando tengo momentos ahora en los que me siento un poco insegura, eso es lo que me recuerdo a mí misma«.