El encuentro con un lobo a los 10 años que cambió la vida de Novak Djokovic

Novak Djokovic tiene muchas virtudes, pero quizás la más importante es su mentalidad. Una que construyó desde pequeño con una figura especial. Djokovic a menudo habla de su «mentalidad», un carácter que lo hace jugar su mejor tenis cuando más lo necesita y superar los momentos de presión, cuando la mayoría de los jugadores parece derrotado. Esa «mentalidad de serbio loco», contó Novak, no es casual. Es producto de un encuentro con un lobo que cambió su vida cuando tenía 10 años.

«Un día estaba solo en el bosque, con diez años y me encontré con un lobo», contó Djokovic en diálogo con el Corriere. El serbio ya era un prodigioso tenista como joven, pero ese encuentro tuvo un amplio impacto en su personalidad y en su cabeza. «Sentí un miedo profundo. Me habían dicho que en estos casos hay que retroceder lentamente, sin perderlo de vista. Nos miramos durante diez segundos, luego giró a la izquierda y se alejó», recordó Nole ese encuentro silvestre.

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«El lobo simboliza mi carácter», dijo Djokovic, que si bien es una persona que valora las tradiciones y la importancia de la familia y amigos, sabe entender la importancia de la soledad. «Soy muy apegado a mi familia y trato de estar disponible para todos; pero a veces tengo que estar solo. A menudo me he encontrado solo en mi vida. Solo con mi misión, con mis metas a alcanzar. Me mantuve conectado con ese lobo», explicó Novak.

«También porque el lobo es sagrado para nosotros los serbios. Es nuestro animal totémico. Es el símbolo de una tradición nacional, de una fe ancestral que precede al cristianismo. Una religión antes de la religión», agregó Nole, que no podría haber llegado a los éxitos de su carrera sin esa fortaleza espiritual. Y por eso busca un estilo de vida apegado a la naturaleza para sus seres queridos. «El bosque y la naturaleza han sido fundamentales en mi formación, también me gustaría que mis hijos estuvieran al aire libre lo máximo posible».