¿Cuáles son las manías más extrañas de tus jugadores favoritos?

Por Alejandra Colmenares - 22 de marzo, 2020

Aunque a un tenista se le compare con otro por su excelente nivel de juego o por sus resultados, sabemos claramente que cada deportista es diferente. Parte de lo que define a cada persona y, en este caso, a cada tenista, son las supersticiones. Joe DeLessio, escritor para el diario The Cut, realiza un análisis sobre los deportistas y sus supersticiones, en el que “este control que un atleta es capaz de ejercer sobre sus propios rituales puede ayudar a contrarrestar la falta de control a la que se enfrentan durante la competición”, según expresa la Revista GQ.

Las “supersticiones pueden estar vinculadas con un mejor desempeño porque otorgan a los jugadores una ilusión de control psicológicamente importante”, afirma DeLessio. Ahora bien, si aún no las conocen, en Bola Amarilla te recordamos cuáles son las supersticiones de tus jugadores favoritos.

Comencemos con el Big Three:

Según la revista GQ, Roger Federer tiene una obsesión con el número 8, aunque en una oportunidad, el jugador lo desmintió y dijo que “no era supersticioso” y que le gustaba el número 8 porque era la fecha de su nacimiento.

Seguimos con Rafa Nadal, que antes de cada partido coloca en la pista sus botellas de agua y bebe de ellas en un orden específico; otra de las que muchos conocen es cuando se pasa el cabello por detrás de las orejas y se agarra los shorts antes de hacer su servicio.

Luego tenemos a Novak Djokovic. ¿Qué sabemos sobre él? Bueno, si eres un verdadero fanático de Nole, sabrás que al serbio le encanta hacer rebotar numerosas veces su pelota durante el servicio. A los árbitros no les hace mucha gracia, pues los obligaría a darle una advertencia por abuso de tiempo. Djokovic confesó una vez que eso lo hace a propósito: “Mi récord fue en 2007, durante la Copa Davis contra Australia. Hice rebotar la pelota 38 o 39 veces antes de dar el servicio”.

Otra deportista con interesantes manías es Serena Williams, que suele atarse los cordones de sus zapatos exactamente de la misma manera y, ya esto es bastante extraño, si ve que está en vías de ganar un torneo, no se cambia de calcetines en toda la competencia.

Alejandra Colmenares