Esther Vergeer: de sufrir una parálisis a convertirse en la tenista más imbatible de la historia

Cuando se habla de récords en el tenis, muchos piensan en Novak Djokovic, Rafa Nadal, Roger Federer o Serena Williams. Pero nadie es como Esther Vergeer. Menos conocida que sus colegas tenistas, la neerlandesa fue la jugadora más dominante de su especialidad, y una de las más hegemónicas de la historia del deporte. Pionera del tenis en silla de ruedas, Vergeer ganó 48 títulos de Grand Slam entre singles y dobles, cuatro medallas doradas en Juegos Olímpicos y estuvo sin perder durante más de 10 años, sumando 470 triunfos seguidos antes de retirarse como leyenda. Una que esta semana ingresa al Salón de la Fama del Tenis.

De cara a su coronación como parte del Salón de la Fama, Vergeer recordó su historia. «Quedé paralizada a los ocho años. Los médicos encontraron que tenía demasiados vasos sanguíneos en la médula espinal. Durante la cirugía, le dieron a algunos nervios y cortaron algunos de los conductos sanguíneos hacia los músculos, por lo que cuando desperté estaba paralizada», explicó la neerlandesa que debió convivir con una frustración imborrable. «Hubo un periodo de tiempo en el que lloraba cada noche en mi cama. Y me preguntaba por qué a mí».

Sin embargo, Esther aprendió a transformar el dolor y pérdida en ilusión y éxito. «Como parte de la recuperación tuve que hacer deportes y fue una manera divertida de aceptar que debía vivir mi vida desde una silla», dijo Vergeer, que en el tenis en silla de ruedas encontró una vía para triunfar en la vida. «Me dio mucha confianza estar en cancha y sentir que podía ser la mejor en algo».

«Mi momento más recordado es la medalla dorada en Pekín. También en Londres, donde gané mi cuarta medalla dorada y jugué mi último partido. Terminar tu carrera así no tiene precio», recordó Vergeer, que tras su retiro sigue ayudando a la comunidad fuera de la cancha con su fundación para colaborar con tenistas en silla de ruedas. «Empecé mi fundación en 2004. Tenía muchos mensajes de jóvenes que querían hacer deporte y no sabían dónde. Poder ayudar a las personas es algo de lo que estoy más orgullosa».